
Después de meses sin ajo por el respeto al ciclo natural (sin uso de antibrote), por fin llegaron los primeros bulbos. Aquí te contamos por qué es importante, cómo usarlo, conservarlo y algunas recetas simples para aprovecharlo en la cocina y como medicina casera.
Decálogo del ajo agroecológico
- Vuelve el ajo mendocino 🌾
En Isla Grande, Maipú, la familia Solórzano ya cosechó los primeros bulbos de la nueva temporada. Ajo fresco, recién salido de la tierra, sin químicos ni conservantes. - Sin antibrote, con vida propia 🌱
El ajo agroecológico no lleva “antibrote”, un químico que se usa para detener su ciclo natural. Por eso puede brotar: ¡es señal de que está vivo y lleno de energía! - Un ciclo natural que se respeta
Cuando el ajo brota en invierno o primavera, está formando una nueva planta. Esa vitalidad es la que evitamos perder al no usar productos sintéticos. - Tesoro de salud 💪
El ajo es antibiótico natural, refuerza el sistema inmunológico y ayuda a depurar la sangre. En muchas culturas se considera una medicina antes que un condimento. - Ajo crudo, ajo medicina 🧄
Un diente picado o machacado, reposado unos minutos y luego comido con pan o aceite, es un potente remedio para infecciones y resfriados. - En aceite o vinagre: conservación simple
Se pueden pelar los dientes y guardarlos cubiertos de aceite de oliva o vinagre. Duran semanas y quedan suaves, perfectos para cocinar. (Atención: si guardás ajo en aceite en casa, refrigeralo y consumilo en pocas semanas para evitar riesgos.) - Ajo asado al rescate 🍞
Cortá la parte superior del bulbo, rociá con aceite y horneá hasta que quede cremoso. Untalo como manteca sobre pan o usalo en salsas. - Para el jardín también 🌸
El ajo repele plagas y hongos. Plantarlo entre las hortalizas protege naturalmente el suelo y las plantas vecinas. - Aliado del corazón ❤️
El ajo ayuda a reducir el colesterol y la presión arterial. Un hábito pequeño con grandes efectos—consultá siempre con tu profesional de salud si tomás medicación. - Receta express: pasta de ajo y perejil
Ingredientes: 6 dientes de ajo pelados, un manojo de perejil, 100 ml de aceite de oliva, 1 cucharadita de sal.
Preparación: Picá el ajo y el perejil, agregá sal y aceite; procesá o pisá con un mortero hasta lograr una pasta homogénea. Guardá en frasco hermético en heladera y usá sobre papas, panes, carnes o como base para salsas.