En Maipú, una finca que integra olivos, gallinas y huertas en un sistema vivo y regenerativo.

El proyecto, llevado adelante por Adam y Laura, combina la producción de huevos, aceite de oliva, frutas y verduras, priorizando la salud del suelo, la biodiversidad y el bienestar animal.Durante esta primavera, los olivos se encuentran en plena floración y los almendros muestran una gran carga de frutos.
En los cuadros de cultivo se realizaron trabajos de labranza suave con tractor para aflojar la tierra compactada, incorporar las pasturas existentes y
resembrar con vicia y cereales, semillas que llegaron como donación y hoy aportan materia orgánica y alimento para las aves.
Las pasturas cumplen un papel clave en el manejo agroecológico de la finca: protegen el suelo, fijan nitrógeno y sirven de forraje para las gallinas,que se desplazan libremente entre los árboles gracias a un gallinero móvil cubierto por media sombra.
Las aves más jóvenes comenzarán su postura en noviembre, mientras las más antiguas fueron donadas, dando continuidad al ciclo productivo y comunitario.
Las huertas muestran una intensa cobertura vegetal.Las aromáticas —como orégano y menta— rebrotan entre una gran diversidad de hierbas espontáneas que se integran al sistema como refugio de insectos benéficos o alimento para los animales.

También aparecieron de forma natural bardanas, plantas medicinales muy valoradas, que enriquecen la diversidad del lugar.
En el cuadro del fondo, se aplicó guano de gallina y cabra y se sembró nuevamente vicia, fortaleciendo la fertilidad y estructura del suelo.
Cada práctica busca sostener el equilibrio entre producción, regeneración y vida.
Finca Llantén forma parte del Camino Agroecológico, una red de fincas y familias que, como Antesis en Guaymallén o la huerta de Fernando en Isla Grande,
trabajan desde distintos paisajes pero con una misma intención: producir alimentos sanos, cuidar la tierra y compartir los frutos con la comunidad.
En cada una, el trabajo cotidiano deja una huella de aprendizaje y esperanza.
Porque el camino de la agroecología no se recorre solo: se siembra, se comparte y florece entre todos.
